domingo, 5 de julio de 2009

Omh

El estrés de fin del fin de los cuatrimestres....oh!
(Yo lo único que voy a recibir este año es un bonito aneurisma cerebral con forma de diplomita)

Estábamos con unos amigos en casa discutiendo sobre una situación particularmente complicada, relacionada con una tercera amiga ausente. La pobre debe hacerse cargo de un conflicto que la tiene como única perjudicada. La solución a su problema, lamentablemente, depende de los demás. Pero los demás, como es costumbre, no le prestan mucha atención. A la vez, esos demás tienen un discurso bien hippie y determinado de cierto tipo de gente que “se toma las cosas con otra filosofía”. Me causa gracia eso de la gente que cree que “relajarse” es bueno bajo cualquier circunstancia. Sea joven, sea feliz, sea sano. Relájese, hombre, que va a envejecer. No se haga cargo de las cosas… dele, que le cuesta, mire para otro lado.

Entonces él dijo una frase que unas horas después creí conveniente tener como lema para mi vida. Esa vida llena de complicaciones, contratiempos, contraejemplos, contraindicaciones y contradicciones. Esa vida que todos los inviernos me dice basta invitándome a una bronquitis que este año ni siquiera me puedo permitir. Esa vida llena de compromisos aparentemente absurdos.

El dijo, unas horas antes (las casualidades siguen sin existir, avísenme cuando aparezca una) de que me trataran de loca histérica por tomarme ALGO enserio, él dijo, decía: Amiga, el zen no paga las cuentas.

Y claro que no.
Lo que ellos, los hippies, los relajados, no saben, es que alguien tiene que pagar las cuentas. O mejor dicho, las cuentas deben ser pagadas. Por alguien, por algo, por algun mecanismo divino que me imagino consideran una entelequia del cosmos. Así, libres de todas estas menudencias, ellos buscan la mejor posición de loto, reniegan de la agenda y cultivan plantitas santas mientras nosotros seguimos envejeciendo.

Pero está bien, no importa, me gusta mi ghetto de freaks: somos en definitiva nosotros los modificamos y transformamos la realidad que a ellos les cuesta tanto trabajo negar. Habría que ver quién se esfuerza más en hacer qué, ¿no?


2 comentarios:

Flor dijo...

El zen no paga las cuentas? Hay una industria del zen que sí paga las cuentas! Tremendo pero es así. Con todo se puede lucrar.

Respecto a la negación, qué puedo decirte? Hay multitud de gente que paga cuentas y es una negadora profesional también.

Así no sé bien dónde está la papa, che.

besitos,

Let dijo...

La papa creo que esta en el justo medio, tal como decia aristoteles... pero como diria chizza... con saberlo no alcanza!!

y ademas, no reniego del zen, asi que si un dia queres hacerme masajitos gratis... buenisimo!! :)

gracias por pasar.

-In love we (still) trust-