lunes, 27 de julio de 2009

The Bed Story

-¿Y cuál es el problema?
-Que me quiere regalar algunos muebles
-¡Genial! Que generoso tu ex
-Sí, bueno, en realidad no los puede llevar hasta allá
-Bueno, podría venderlos
-Sí, bueno, pero yo pagué por esa cama, la mitad
-Ahá
-Pero no puedo aceptarla
-¿Por qué no?
-Porque esa cama contiene fluidos de mi ex, no puedo coger en esa cama
-¿Dormir tampoco? Podrías coger en el piso
-Eso duele, Let
-Bueno, entonces aceptale la cama para poder coger como Dios Manda
-No puedo Let, tiene sus fluidos, los fluidos de todos con los que estuvo después que yo
-Faaaah, ¿Y cuántos habrán sido? ¿Dos?
-No sé, pero me da impresión
-¿Vos decís que cuando haga calor va a largar olor?
-No Let, es una cuestión simbólica
-¿Vos decís que habita en la cama el espíritu de tu ex?
-No Let, no puedo tener sexo con nadie más ahí
-Qué sabés si el que le vendió la cama no tuvo sexo ahí antes
-Tienen nailon, Let
-Entonces no es simbólico ¿ves? Es químico.

(…dos días después…)

-Ya está, lo resolví, le doy la cama a mi mamá y ella me da la de ella
-Ahá! O sea que ahora vas a tener que coger donde cogió tu mamá
-Eso ya lo hice
-¿Y eso no te molesta?
-La verdad que no
-O sea que preferís intercambiar fluidos con tu mamá que con tu ex
-Claro, sería como volver al útero materno
-Que siempre es mejor que volver con tu ex
-Exacto

domingo, 19 de julio de 2009

China Ataca Kamchatka

Depende de cómo se lo mire, soy una terriblemente buena o terriblemente mala jugadora del TEG. Sucede que, me entusiasma la idea: juntarse con muchos amigos, tirarse dados, odiarse un rato, etc. Pero después, alrededor de la hora nº2 pierdo completamente el entusiasmo en el juego y no importa si estoy ganando o perdiendo: me voy a dormir y cedo mis países a quien quiera obtenerlos.
No es que me aburre perder, o ganar, o el juego en sí. Es que me da sueño.
Realmente no sé si eso es bueno o malo, porque en realidad dejó a la gente entusiasmada más entusiasmada aún (porque tiene mis países) y yo satisfago mi verdadera ambición en ese momento: apropiarme de la cama.

Hace unos días, cuando nos disponíamos a seguir festejando que el calendario académico se extiende hasta enero, se me ocurrió que, este mismo mecanismo del TEG lo tengo bastante seguido. No es tanto que “La Vida me De sueño”, sino que llega un punto que la técnica y estrategia se me van al cuerno y le cedo lo mío al otro, aunque el otro tenga como objetivo destrozarme.

Con la histeria, o sea, la Técnica y Estrategia del Garche, me pasa algo muy similar. Llega un punto que no me importa qué países tenés vos, qué tengo que atacar yo o cuánto te salió en los dados. Tengo sueño. Y ese sueño puede querer decir dos cosas: quiero dormir sola, o quiero dormir con vos. En ambas circunstancias mi organismo funciona como un relojito. Llegado a ese punto alfa (que en el TEG identifique como las dos horas pero en la vida suele ser un poco más) me importa poco y nada cómo quedo frente a los demás, cómo queda mi técnica, mi estrategia o la mar en coche.
A veces, eso significa que aparezco totalmente vulnerable y transparente en mi intención de dormir con otro. Parece que eso en el marketing social se llama “ser fácil”.
Otras veces, eso mismo significa que el otro se convierte en un total absurdo para mi intención de dormir sola y carece totalmente de importancia. Eso en el mundillo de las mujeres parece que se llama “lo matás con la indiferencia”.
(Con lo cual, tampoco sé si soy terriblemente buena o terriblemente mala jugando a este otro TEG)

En resumen: el otro día descubrí que con los hombres, como con los países, hay cosas que me importan (dormir) y cosas que no me importan (quedar bien posicionada en el juego histérico).

A los calculadores, manipuladores, estratégicos y técnicos, los elucubradores, medidores de la paja del ojo ajeno, grandes estadistas. A todos ellos: ¡Felicitaciones! ¡Se han ganado con mucha astucia todos mis continentes! Ahora, si me disculpan, me voy a dormir la siesta.-

sábado, 11 de julio de 2009

Forces of Nature

Me peleé con una amiga. Por lo del “zen no paga las cuentas”. Que conste que pago mis cuentas. Y que se lo dije, pero se lo dije mal.
Ahí caí en cuenta que me parezco a mi mamá. Qué triste momento. Aguanto, aguanto aguanto y después, terminó pagando la cuenta del ataúd del otro. No va así. Más vale que no me aguante más, ¿no?

Horas más tarde, otra amiga me dice: él me hace ir contra mi propia naturaleza, me pide que le histeriquee y yo no puedo histeriquearle porque es mi jefe.
Pienso dos segundos. Pará. Uno no puede ir contra su propia naturaleza.
Pienso tres segundos. Pará. Uno no tiene una naturaleza
Pienso cuatro segundos. Pará, uno tiene madre.
Pienso cuatro segundos. Momento. La pacha mama es la madre naturaleza
Me niego a pensar pero aparece: Aha! Uno no puede ir contra la madre.
Le digo: Si el histeriqueo es decir que no, y él te dice que le histeriquees y vos decís que no, le estas histeriqueando el doble. (Como el chiste: Un masoquista le dice al sádico, “pegame”, el sádico le dice “no”)

Cómo hacer para no pasar factura. Cómo hacer para saber qué cuentas paga uno y que cuentas paga el otro.
Cómo hacer para no ir en contra de mi madre-naturaleza.
Si yo te pago las cuentas, después de paso factura.
Que pasa si no te pago más tus cuentas. ¿Me cortás el servicio?
Una vez vinieron a cortarme la luz en casa. Lo atendí por el portero y le dije: estaba yendo a pagarla (era verdad, les juro). Me dijo: bueno, pero anda eh? Y se fue.

A veces el desamor es solo una amenaza. A veces la gente nos quiere más por lo que no somos que por lo que somos.

Le dije a mi amiga (la de la pelea): tengo una nerd interior que quiero matar y no puedo, cuando me tratas de nerd, cuando respondés a esa imagen de mí, me da el doble de bronca. Porque yo no quiero ser eso. También tengo un instinto materno que quiero matar y no puedo. Cuando la gente busca mi protección, allí aparece. Más tarde, cuando me doy cuenta que no quiero que ese instinto exista, me corto mi propia luz.
Mi amiga me dijo: let, quedate tranquila, voy a hacer el trabajo práctico, dedicate a dar tu último final, pero la próxima vez, trata de no tratarme como mi mamá.


Nos amigamos. Y nos dimos cuenta que somos más parecidas de lo que creíamos, nos llevó 3 horas y unos cuantos mates. Pero por suerte, no tuve que pagar el ataúd.

viernes, 10 de julio de 2009

La Gripa

A nsiedad
A morosa

A burrimiento
A ntropológico

A ngustia
A cadémica

A drenalina
A utentica

A coso
A ntiperonista

Al egría

A trasada

A bulia
A bsoluta


A ntes
A hora
A delante

domingo, 5 de julio de 2009

Omh

El estrés de fin del fin de los cuatrimestres....oh!
(Yo lo único que voy a recibir este año es un bonito aneurisma cerebral con forma de diplomita)

Estábamos con unos amigos en casa discutiendo sobre una situación particularmente complicada, relacionada con una tercera amiga ausente. La pobre debe hacerse cargo de un conflicto que la tiene como única perjudicada. La solución a su problema, lamentablemente, depende de los demás. Pero los demás, como es costumbre, no le prestan mucha atención. A la vez, esos demás tienen un discurso bien hippie y determinado de cierto tipo de gente que “se toma las cosas con otra filosofía”. Me causa gracia eso de la gente que cree que “relajarse” es bueno bajo cualquier circunstancia. Sea joven, sea feliz, sea sano. Relájese, hombre, que va a envejecer. No se haga cargo de las cosas… dele, que le cuesta, mire para otro lado.

Entonces él dijo una frase que unas horas después creí conveniente tener como lema para mi vida. Esa vida llena de complicaciones, contratiempos, contraejemplos, contraindicaciones y contradicciones. Esa vida que todos los inviernos me dice basta invitándome a una bronquitis que este año ni siquiera me puedo permitir. Esa vida llena de compromisos aparentemente absurdos.

El dijo, unas horas antes (las casualidades siguen sin existir, avísenme cuando aparezca una) de que me trataran de loca histérica por tomarme ALGO enserio, él dijo, decía: Amiga, el zen no paga las cuentas.

Y claro que no.
Lo que ellos, los hippies, los relajados, no saben, es que alguien tiene que pagar las cuentas. O mejor dicho, las cuentas deben ser pagadas. Por alguien, por algo, por algun mecanismo divino que me imagino consideran una entelequia del cosmos. Así, libres de todas estas menudencias, ellos buscan la mejor posición de loto, reniegan de la agenda y cultivan plantitas santas mientras nosotros seguimos envejeciendo.

Pero está bien, no importa, me gusta mi ghetto de freaks: somos en definitiva nosotros los modificamos y transformamos la realidad que a ellos les cuesta tanto trabajo negar. Habría que ver quién se esfuerza más en hacer qué, ¿no?


-In love we (still) trust-